Deudor de mala fe en la Ley de la Segunda Oportunidad: qué significa y cómo evitarlo

Para quienes buscan liberarse de sus deudas mediante la Ley de la Segunda Oportunidad, la buena fe del deudor es un requisito esencial. Sin embargo, es fundamental comprender qué implica ser considerado deudor de mala fe y cómo evitar caer en esa situación. En este artículo, analizamos qué significa, las consecuencias legales y las claves para actuar correctamente durante el proceso.

10/10/20252 min read

brown concrete statue of man
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¿Qué significa ser deudor de mala fe?
La Ley de la Segunda Oportunidad fue creada para ayudar a las personas físicas y autónomos que se encuentran en una situación de insolvencia por causas ajenas a su voluntad —por ejemplo, una pérdida de ingresos, un despido o una crisis económica—. Para acceder a este beneficio, es imprescindible que el solicitante actúe de buena fe, es decir, que su endeudamiento no derive de comportamientos dolosos, negligentes o fraudulentos.
Ser considerado deudor de mala fe significa que se han realizado acciones que demuestran una conducta irresponsable o contraria a la ley durante el proceso de endeudamiento o durante la tramitación del procedimiento judicial.

¿Cómo se determina la mala fe del deudor?
La normativa establece varios supuestos que pueden conducir a esta consideración. Entre ellos destacan:

  • Antecedentes penales: Haber sido condenado en los últimos diez años por delitos contra el patrimonio, falsedad documental, Hacienda Pública, Seguridad Social o derechos de los trabajadores.

  • Infracciones administrativas: Haber sido sancionado por infracciones tributarias o de la Seguridad Social consideradas muy graves.

  • Incumplimiento de deberes procesales: No colaborar con el juez o la administración concursal, o proporcionar información falsa.

  • Acciones indebidas durante el proceso: Presentar documentación manipulada, adquirir nuevas deudas, ocultar bienes o retrasar embargos intencionadamente.

Prohibiciones durante el procedimiento
Durante la tramitación de la Ley de la Segunda Oportunidad, el deudor debe extremar la prudencia. Algunas conductas que pueden interpretarse como mala fe son:

  • Presentar documentación fuera de plazo o incompleta.

  • Vender o donar bienes sin autorización judicial.

  • Contraer nuevas deudas mientras se solicita la exoneración.

  • Ocultar información relevante al mediador concursal o al juzgado.

Consecuencias de ser considerado deudor de mala fe
La principal consecuencia de ser declarado de mala fe es la imposibilidad de obtener la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI), es decir, el perdón de las deudas.
En tal caso, el deudor deberá responder con todos sus bienes presentes y futuros, conforme al artículo 1911 del Código Civil, quedando sin acceso al beneficio de la segunda oportunidad. Además, puede enfrentarse a sanciones procesales y a la pérdida de confianza ante futuras solicitudes judiciales.

Cómo evitar ser considerado deudor de mala fe
La mejor forma de evitar esta situación es actuar siempre con transparencia y contar con el asesoramiento de abogados especializados. Un profesional con experiencia en la Ley de la Segunda Oportunidad puede guiar al deudor, revisar su documentación, garantizar el cumplimiento de todos los requisitos y evitar errores que puedan interpretarse como mala fe.

Alberto Núñez, abogado y fundador de Lex Solutio, recomienda:
“La buena fe es el pilar fundamental para obtener la exoneración de las deudas. En Lex Solutio ayudamos a nuestros clientes a preparar su caso con total transparencia y rigor legal, asegurando que cumplan todos los requisitos para acceder con éxito a la Ley de la Segunda Oportunidad.”

Si te encuentras en una situación de endeudamiento insostenible, no esperes más. En Lex Solutio te asesoramos de principio a fin para que puedas eliminar tus deudas y empezar de nuevo, siempre que cumplas con los requisitos legales.

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